En el debate del partido de gobierno, transmitido por la revista Semana, aunque Cabal le apostó a ser la más extrema de todos los pre-candidatos del Centro Democrático, al unísono equipararon las manifestaciones encabezadas por jóvenes con actos terroristas.
Frente al estallido social que vivimos en pasados meses, todos los pre-candidatos omitieron las recomendaciones que realizó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos referente al uso desproporcionado de la fuerza. Señalaron que la guerra ahora era en las ciudades y compararon a quienes protestaron con alzados en armas.
Reiterando la retórica de las elecciones de 2018, el uribismo señala que los problemas de seguridad se deben a la firma de los acuerdos de paz de La Habana. Aunque Oscar Iván Zuluaga matizó la responsabilidad del ex mandatario, "no todo es culpa de Santos".
Igualmente, hubo coincidencias sobre el uso del glifosato, las críticas a la JEP y la estigmatización a Gustavo Petro. Tímidamente esbozaron críticas al gobierno de Iván Duque, donde Rafael Nieto dijo que "falta representatividad del partido en el gobierno".
Frente a la pregunta por los conflictos al interior de la colectividad de ultraderecha, surgidos por la carta de respaldo de la mayoría de la bancada parlamentaria a Oscar Iván Zuluaga, tanto Paloma Valencia como María Fernanda Cabal y Rafael Nieto limaron asperezas con el precandidato caldense.
La amabilidad y coincidencias, que hasta la moderadora emanaban, desdibujaron las fisuras en este debate. Lo cual, deja claro que el uribismo se resiste a la renovación y a la crisis que vive el país.
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