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CASI DOS DÉCADAS FORJANDO ESPERANZA

La fundación Forjando Esperanza cumplió 17 años de existencia formal, casi dos décadas de trabajo social y artístico por la juventud nortevallecaucana. Entrevistamos a Felipe Becerra, uno de sus fundadores.



Seremos Libres: Brevemente, un resumen de estos años de trabajo con la fundación.


Felipe Becerra: En realidad, la fundación arrancó hace casi 18 años, a finales del 2003. Cuando mi hermana se graduó de la universidad y, con algunas compañeras y mi familia quisimos crear una fundación para dinamizar, sobre todo, procesos educativos y culturales con poblaciones en situación de vulnerabilidad.


Entonces, arrancamos en el barrio Casierra del corregimiento de Zaragoza. Llevamos talleres de refuerzo escolar, actividades deportivas y culturales que se han repetido durante estos 17 años en otros lugares como la Loma de la Virgen, La Tierra del Olvido y Puerto Caldas, entre otros.


Digamos que el objeto principal ha sido, a través de procesos educativos y artísticos, el mejoramiento de la calidad de vida de estas poblaciones. Apostando a la construcción de tejido social y paz territorial.







También realizamos "Cuentearte", un espacio que creamos hace 8 años, cuando en Cartago culturalmente no habían casi propuestas nuevas. Formamos ese espacio con la participación de los artistas. Logrando encuentros de 400 personas, a su vez, generando pensamiento crítico en la ciudad.


S.L.: ¿Cómo fue la experiencia del cortometraje "Viajes y Saberes"? Felipe Becerra: Fue una experiencia muy enriquecedora, porque desde el momento de la formulación del proyecto ante el Ministerio de Cultura en la convocatoria. Y luego, que fuera escogida la propuesta. A los jurados les pareció una idea interesante para promover el patrimonio cultural en 5 municipios del Norte del Valle del Cauca, a través de una producción audiovisual.



Es un caso interesante, de cómo se puede desde el Estado, financiar ideas de promotores culturales en Cartago. Eso fue muy chévere y sobre todo, la acogida del mensaje a favor del patrimonio cultural y el cuidado del medio ambiente. Todo fue muy bacano. Materializar esos sueños y promover una identidad de nuestros territorios y sus riquezas.


S.L.: ¿Cree que hay una mayor sensibilidad social en la ciudad ahora que en la época cuando arrancó la fundación?


Felipe Becerra: Sí, es evidente digamos. Uno podría hacer una lectura desde desde lo político y desde lo social, se viene dando una transformación política en el país. Los 8 millones de votos de la izquierda en las pasadas elecciones presidenciales un poco lo demuestran.


Sobre todo en la gente joven, por ejemplo, estamos viendo en Cartago que últimamente han surgido nuevos grupos que están tratando organizarse y generar un activismo político. Muy interesantes, como la Red Diversa o los muchachos de la 7 Incluyente, lo que ha derivado en propuestas como la de Comunidad Latente. Esto es muy chévere, siento un espíritu y una energía muy proactiva por parte de los jóvenes. Los cuales son más críticos políticamente, y el país viene cambiando en ese sentido. Eso se materializa en pequeñas y grandes acciones solidarias y comunitarias.


Pienso que la sensibilidad social se expresa de diferentes formas. En un plano, un poquito más privado o individual, cuando las personas ayudan a sus vecinos o familiares. Como vimos ahora con la pandemia. Y un poco en menor medida, a través de de fundaciones o de actividades que impliquen más constancia y más proceso.


Por eso pienso que las fundaciones son muy pocas, las que podemos funcionar con cierta dinámica, porque el trabajo voluntario tiende a fracasar. Es muy complejo funcionar sin recursos, al menos para gastos de funcionamiento.


S.L.: ¿No se tiende desde las fundaciones a suplir las deficiencias del Estado? ¿Cuál ha sido su relación con los gobiernos locales?


Felipe Becerra: Si bien partimos de esa ausencia que genera como esa necesidad. Se debe mirar la participación de la gente sin esperar que el Estado paternalista nos dé todo. Porque si el Estado no me da la oportunidad ¿Entonces se nos pasa la vida así? y seguimos lamentándonos o como, en nuestro caso, generar un activismo social donde cada uno de nosotros pongamos un granito arena. Incluso trabajando conjuntamente con las entidades públicas, dado que no es fácil. Toda la responsabilidad no puede recaer en el Estado. Tiene que ver con la creación de espacios, fomentar y apoyar con recursos.


Evidentemente, pero desde iniciativas pequeñas, desde la ciudadanía independiente también lo podemos hacer. Que bueno que en algún momento pudiéramos converger la ciudadanía independiente con el Estado, para que las iniciativas sociales tomaran mayor fuerza y mayor forma.


La experiencia con los gobiernos locales que nosotros hemos tenido, empezó con cierta distancia, porque no comulgamos con la política tradicional de Cartago. Pero digamos que nosotros, hoy en día, no nos cerramos a trabajar de la mano con el gobierno local, porque finalmente los que se ven principalmente beneficiados son los niños y las personas que demandan este tipo de procesos, sea con Víctor Álvarez o el mandatario que esté de turno.


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