En el siglo XX, nos decía Manuel Castells, "si un líder político no aparece mediáticamente en la actualidad no existe." ¿Cómo lograr ser un líder político en el siglo XXI? Cuando todas las acciones, proyectos o propuestas deben pasar el filtro de las redes sociales. Petro le apuesta a los influencers para ser mayoría en el Congreso.
Por lo que vale la pena preguntar ¿Dónde debe buscar el candidato la legitimidad y las mayorías políticas? ¿En las redes o en los acuerdos políticos? En el caso de la actual campaña electoral, este parece que será uno de los grandes problemas que afrontamos, al construir este nuevo frente social y político, que se supone es el Pacto Histórico. ¿Cómo conciliar la plasticidad de las redes sociales y la expectativas de las estructuras políticas?
Estamos en una sociedad atravesada por las mismas desigualdades de siempre, pero a su vez, por elementos que antes no existían. Por ejemplo, según el Digital 2021 Global Overview Report, el uso de redes sociales en Colombia alcanza el 76.8% de la población, en 2018 la cifra era el 63%. Además, permanecemos un promedio de 10hrs por día conectados a internet.
Ambos datos nos muestran que esta campaña se jugará muchísimo más en las redes, que en las coyunturas electorales anteriores, donde vídeos virales derrumbaron campañas, como el caso del "coscorrón" de Germán Vargas Lleras a un escolta, o las potenciaron, como el vídeo de "Juanpa" para la reelección de Juan Manuel Santos. Por eso, el paso de influencer a congresista parece estar a la vuelta de la esquina, como lo estamos viendo la conformación de las listas al Senado y Cámara.
Esto se explica en los triunfos electorales cada vez más recurrentes de outsiders, y el auge del marketing político, en momentos donde los comportamientos electorales son altamente influenciables, mediante la propaganda y las fake news.
Igualmente, los estrategas políticos ya no son los mismos de antaño, por lo general, no tienen la misma formación política del candidato e incluso son agencias de publicidad internacional. Por ello, el peso de los partidos en la toma de decisiones de un candidato, es muy circunstancial y casi suponen un pesado formalismo.
Por su parte, los estrategas políticos actuales fundamentan sus sugerencias en encuestas, focus group, análisis cualitativo de datos y el comportamiento de las redes sociales. En esta ocasión, Gustavo Petro al parecer ha fortalecido su equipo de asesores, y la apuesta por el marketing político se ha fortalecido.
El fenómeno de la "infodemia" durante los últimos dos años ha sido esclarecedor. Posturas políticas que socialmente parecían superadas han resurgido con una fuerza inusitada, gracias al aprovechamiento de la virtualidad. A la vez, que la participación de sectores alternativos, contrahegemónicos, identidades históricamente excluidas y nuevas ciudadanías encuentran eco, gracias a apertura del ámbito de lo público en la virtualidad. Lo que pone en tensión los márgenes de la democracia, con un devenir que va gravita entre la distopía y la utopía sin certeza alguna.
Es decir, si retomamos la pregunta por la búsqueda de la legitimidad y la mayoría política, no podremos desconocer, pragmáticamente, que el candidato fácilmente priorizará las redes sociales sobre el acuerdo con las viejas estructuras políticas que desde la Independencia hemos venido construyendo. Las cuales, están en una crisis sin precedentes, como lo demostró la pandemia y el Paro Nacional.
Vale aclarar, que las viejas estructuras políticas no solo son las de la dominación, sino también las de la resistencia. Es decir, la crisis de legitimidad incluye a todas las organizaciones sociales que se constituyen bajo los paradigmas de una sociedad que ya no maneja los mismos códigos. Toda esta reflexión la considero necesaria, para intentar comprender el devenir de la pre-campaña y la construcción del Pacto Histórico como instrumento político electoral.
En particular, porque de la mano de Gustavo Petro, los jóvenes de la Primera Línea, decidieron "tomar el cielo por asalto", en el Pacto Histórico del Valle. Al proponer con un respaldo de más de dos mil firmas, que Alberto Tejada el "Cucho del Canal", sea la cabeza de lista a la Cámara por este departamento. Lo que ha generado todo tipo de fricciones y discusiones internas, dado que el procedimiento de conformación de las listas no ha sido definido todavía.
Este contador, magíster en educación y presentador del Canal 2 de Cali, se hizo popular tras su cubrimiento en vivo, de las manifestaciones del Paro Nacional. Por lo que su figura ha sido recibida como un recelo, por diferentes movimientos históricos de la izquierda y el progresismo vallecaucano, cuyas precandidaturas piden respeto a los protocolos.
Por otro lado, hace pocos días se lanzó la lista al Senado de Fuerza Ciudadana, el partido político del gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo. Una lista abierta que surgió recogiendo a quienes no le apostaron a la lista cerrada al Senado, que está conformando el Pacto Histórico, pero que continúan respaldando esta alianza política liderada por Gustavo Petro.
En esta lista, por primera vez un movimiento digital tiene un representante. El twittero Francisco Rojas, quien llegó con una máscara del logo de la "Naranja Castrochavista", y afirmó: “Detrás de esta máscara se encuentra una persona que tiene derechos políticos a elegir y a ser elegido. Una persona joven que tuvo que pasar necesidades en algún momento, dejar de estudiar para llevar alimento a su casa."
Considero, que todas estas movidas políticas son producto de un cambio de época que debe cuestionar nuestras maneras de organizarnos, sin desconocer la importancia de las luchas del pasado y el respeto a los procedimientos, pero donde se prefigure la transformación social que le vamos a proponer al país.
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